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Entrevista a Jordi Sierra i Fabra

10 Ago

El pasado 3 de mayo, en plena Feria del Libro de Sevilla, entrevistamos al prolífico escritor Jordi Sierra i Fabra, que cuenta con más de cuatrocientos libros en toda su obra. Reconocible por un estilo directo y sencillo, y por el retrato de la sociedad y los sentimientos, el autor nos invitó a conocerlo un poco más en una entrevista improvisada donde nos regaló una hora de su tiempo antes del comienzo de la firma de su nueva obra Parco.

 

¿Qué le motivó para empezar a escribir?

La tartamudez. Era tartamudo y descubrí que escribiendo no tartamudeaba. No podía hablar con nadie. Y… Hijo único, familia humilde, pobre, sin televisión, leía un libro al día, que no podía comprar, tenía que alquilar. ¿Por qué crees que tengo una fundación? ¿Me he vuelto loco? ¿Porque soy rico? Loco sí, pero no soy rico. Sé lo que es tener quince años y que nadie crea en ti, que nadie te apoye. Mi padre me prohibió escribir, en el colegio me ponían ceros por tener fantasías… Luché solo contra todo Dios, y ese es mi orgullo: nadie pudo conmigo, nadie. Pero claro, pagas un peaje: en el colegio me pegaban los chicos mayores, la maestra decía que era un inútil, la maestra de lengua, que era un inútil… “eres un inútil, no sueñes”. Entonces claro, todo esto cuenta. El primer impulso fue con ocho años, tuve un accidente. ¿Ves esta cicatriz, que va de aquí aquí? Pues me quedé sin tendón. Pasé un cristal. Entonces bueno, en el hospital… Yo nací para escribir, era romántico. Sigo siendo romántico, apasionado, me encanta viajar, enamorarme, pero con ocho años lo descubrí porque en el hospital no podía leer, estaba todo colgado con hierros, y empecé a escribir. Pedí papel y lápiz, con esta mano sí podía escribir. Y un día dije “coño, no tartamudeo, qué bien”. Y ahí dije “voy a ser escritor”. Lo habría descubierto igual con catorce, quince, dieciocho,… Yo nací para esto.

 

Usted escribe poesía, y sobre todo libros de género infantil, juvenil, … ¿Cuál de ellos prefiere cultivar?

Yo no escribo para jóvenes, yo hago novelas. ¿Qué me lee la gente joven? Pues bien, pero yo no pienso en ellos cuando escribo un libro. Pero, ¿qué ocurre, querida? Que de repente, gané un premio juvenil de un libro de un tío de cincuenta y seis años que va a cazar su último tigre. De juvenil nada. Pero me dijo Planeta: “escrito por Ernest Hemingway es un éxito; por ti, no vendemos nada”. Y pensé “hostia, ¿me pongo a dar saltos porque me comparan con Hemingway, o a llorar porque no lo publican?” Lo metí en un cajón tres años. A ver, ¿qué es juvenil? ¿qué pasa, que ese señor de pronto es juvenil? Depende de lo que tenga aquí dentro. No tiene nada que ver; ¿cómo te sientes tú? Depende de ti. Por tanto un día lo mandé [el libro] y gané el premio [Gran Angular]. A los dos años hice En un lugar llamado tierra, uno de mis clásicos. Otra vez gané. Entonces empecé a ir a escuelas, en la escuela me leían. Después, la gente joven me adoptó como escritor. Yo no pensé. Pero con los años, ¿qué ocurre? Estás con gente joven todo el día, te escriben las fans, mi casa está abierta a todo el mundo… Igual que yo estoy hablando aquí contigo, otro habría dicho “No, yo estoy muy cansado. Ven después, te firmaré un libro, y si me compras un libro te daré dos minutos de mi tiempo”. Pero a mí me da igual. ¿Tú quieres hablar conmigo? Hablamos. Vente que así nos conocemos. Ya está, todos somos personas, yo escribo y tú me lees. A ti y a ti os pasan cosas. Entonces claro, cuando me contáis cosas, me enriquecéis y mis libros salen siempre con consistencia. Y me lee la gente joven, ¡pues cojonudo!

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¿Hay alguna relación entre el título de Campos de Fresas, titulado igual que un tema de The Beatles, y la música?

No, no. El guión de Campos de Fresas lo escribí en dos días en Isla Margarita. Cuando vuelvo a España, hago el libro, ya con ordenador. Lo escribí en siete días, estuve cuatro años pensándolo. ¿Qué significa esto? Que de un libro, lo importante no es escribirlo. Para mí, escribirlo es lo fácil. ¿Y lo difícil? Pensarlo. Una cosa es la idea, pero es muy importante pensar el libro, investigar la historia, da igual si es novela negra, poesía, ensayo,… cada cual tiene su técnica. Entonces, Campos de Fresas… ¿he sido rockero? Sí; ¿he estado toda la vida con músicos? Sí; he estado en fiestas en Hollywood y en Los Ángeles, en las que la cocaína iba en bandejas de plata. Bueno pues Jordi no fuma, no bebe, y jamás ha tomado droga. Nunca. Odio el tabaco, con perdón. Mi padre murió joven por fumar. Y me han preguntado a veces “¿Y cómo te colocas?” No me hace falta nada para hacer el burro, me encanta reír, me encanta ser feliz, no me hace falta cualquier mierda para desinhibirme. Así que nunca he tomado drogas, entonces no sabía nada de drogas. ¿Cómo escribes un libro así? Pues empiezas con una idea, una idea en tu cabeza, que puede crecer. Cada libro es diferente, cada libro es una experiencia. Lo más importante es saber cómo contar una historia.

¿Le influyó el cine?

No te puedes imaginar. Me formé leyendo un libro al día, pero desde que era niño he visto más cine de lo que he leído. El cine es lo único que me relaja. Cuando voy al cine, alguien me cuenta algo a mí. Mis novelas son todas guiones de cine. Todas se pueden rodar. Si fuera norteamericano, sería guionista en Hollywood.

¿Qué consejo le daría a alguien que quiere escribir?

¿Consejo, yo? No te fíes de la gente que te aconseja. La gente que da consejos es la que menos los sigue. Si yo he de decirte “lee cada día”, eso tienes que saberlo tú. O si yo he de decirte “cada día escribe algo, lo que sea, aunque sea cortito, aunque sea un diario”. Si alguien quiere ser escritor, tiene que saberlo él. ¿Qué es ser escritor? ¿Dónde se estudia eso? No hay nada que diga que vas a serlo, cada cual sigue su camino como ha querido, como ha podido. Yo me metí en la música, fui crítico musical. Y cuando lo fui, lo dejé todo y seguí escribiendo. Pero hay veces que ya te has casado, tienes hijos, estás trabajando en un trabajo de mierda porque tu sueño, no has luchado por él,… Si das un rodeo, no pierdas de vista tu objetivo. ¿Quieres ser escritor? Vale, fórmate, trabaja en lo que sea pero nunca dejes de perseguir tu sueño.

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¿Cuáles son las raíces literarias en las que se ha criado?

Mira, si yo fuera un escritor pedante, te diría “bueno, la verdad es que mi actividad literaria… los rusos, siglo XIX, pero luego ya Hemingway, Faulkner,… Stendhal, por supuesto.” Eso es lo normal. Yo tenía que alquilar libros por dos reales; alquilaba libros cutres y horteras, como yo. Yo no leí a Julio Verne o libros buenos hasta que tuve la edad que tú tienes. Porque los libros de alquiler valían tres pesetas, y yo prefería leer seis libros malos que uno bueno, porque no tenía más dinero. Y ya está, sigo siendo un burro, soy un tío muy inculto, me formé leyendo y viajando. Si soy listo de alguna forma es porque he viajado mucho, y porque mis libros me han enseñado que cuanto más escribes, más aprendes. ¿Libros que me cambiaron la vida? Dos. -Te va a costar un vaso de agua esto, eh, porque estoy ya sin voz-. Uno fue El filo de la navaja, de William Somerset Maugham; ¿De qué va el libro? Da lo mismo, el prota es una buena persona. Y al leerlo, dije “yo quiero ser igual”. El tío va y es capaz de renunciar a todo por ser fiel a sus principios, hacia lo que sueña y a lo que ama. Y ese personaje me inspiró mucho. El otro libro fue El manantial, de Ayn Rand. Va de un arquitecto que tiene unos principios éticos inamovibles. En la novela crea un edificio, donde cuando ya está todo acabado, viene el dueño y le dice “pondremos un par de cosas…”. Entonces, el arquitecto destruye su obra. Le juzgan, y en el juicio él defiende que la obra no es del que la compra, es de quien la crea. A mí eso me pareció sublime. Yo soy el autor de mis libros, y estoy creando algo. Lo podéis comprar, llegáis a vuestra casa y sí, es vuestro libro, pero lo que hay es mío. Nadie mete mano en mis libros. El libro de la editorial Anaya, Parco, tiene un lenguaje explícito, la historia para mí es genial,… ¿Por qué ganó un premio? Porque no lo habrían publicado sin el premio, porque es durísimo. Y cuando ganó me dijo el editor “haremos algunos cambios” y dije “no, ha ganado un premio, por lo tanto, el premio me lo quitas, o lo publicas tal cual”. Por lo tanto, esos fueron los dos libros que me motivaron. Siempre hay un libro que te motiva. Estáis en la edad de la tontería, os sentís inseguros, y ¿qué buscáis? Espejos. Tenéis una rabia por dentro que no sabéis cómo canalizarla. Tu rabia es tu energía. Si sabes coger tu rabia y dirigirla te vas a comer el mundo. Yo creo en el instinto, no en la perfección. Nunca he corregido un libro. Si lo corrigiera, me entraría la neura del novato. Vomítalo, déjalo estar, es auténtico.

¿Y algún poeta que le haya inspirado más que otros?

En mi Fundación, en la entrada hay un cuadro. Te lo voy a enseñar. ¿Quiénes estamos aquí? Yo, jugando al ajedrez con John Lennon, delante de Bob Dylan y con Igor Stravinsky aquí al fondo. Bob Dylan es mi poeta. Cuando se habla de poesía, la gente piensa en Machado, en Hernández o Rimbaud. Yo pienso en Leonard Cohen, en Tom Waits, y en Bob Dylan. Esos son mis poetas, los de mi generación. Bueno, os he dado una exclusiva que no se la doy a nadie (Risas)…

Laura Perejón

Miguel Ángel Blanco

H de Humanidades

Entrevista a Jordi Sierra i Fabra (PDF)

 
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Publicado por en 10 agosto, 2013 en Tintero

 

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